5/4/08

Volante "aprender a leer y escribir" - Maestras ZAP/Argentina

Transcribo abajo un volante que hemos comenzado a circular un grupo autoconvocado de maestros zap, para dar un principio de respuesta a la mirada pedagógica de la gestión educativa de Buenos Aires, como se refleja en el artículo ya comentado en este espacio "Aprender a leer y escribir, en tres meses".
Hoy el volante se entregó en un encuentro sobre alfabetización y lo recibieron en mano Delia Lerner, Ana María Kaufman, Ana Siro y la propia Emilia Ferreiro.

Marcela Giunta
Maestra ZAP
CABA
Argentina

Texto del volante:

Dice el Diseño Curricular para Primer Ciclo de la Escuela Primaria de la Ciudad de Buenos Aires:
“El propósito fundamental de formar practicantes de la cultura escrita exige que el primer ciclo asuma la tarea fundamental: lejos de limitarse a la “alfabetización inicial”, entendida en el sentido estricto de enseñar el principio que rige el sistema alfabético y los rudimentos de la lectura y la escritura,
aprender a leer y escribir, este ciclo tiene la responsabilidad de dar pasos decisivos en el camino emprendido desde el Nivel Inicial- que conduce a la formación de los alumnos como lectores y escritores. La tarea del primer ciclo es introducir a los niños en el mundo letrado, y no sólo en el conocimiento de las “primeras letras”.

Dice Plural:
(Periódico del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Año 1 Número 1, Marzo de 2008)

Aprender a leer y escribir,
en tres meses
Soy docente desde 1969. Actualmente desarrollo mis tareas en la Escuela N.° 17, D.E. 10. Hoy, tengo la oportunidad de contarles una de mis experiencias más satisfactorias en la docencia.
Mi primer cargo fue al frente de un primer grado compuesto por 43 alumnos. Recién recibida, llena de alegría y energía, traté de dar lo mejor de mí. Con el tiempo, fui desarrollando estrategias didácticas más
adecuadas, teniendo en cuenta los saberes previos del grupo (ya que no pasa solo por el método que utilicemos, sino también por las construcciones que los niños hacen por sí mismos). Así, fui incorporando distintos recursos que consideré interesantes para la enseñanza de la lectoescritura, siempre respetando los deseos y tiempos de maduración de cada alumno. Con los años, pude perfeccionar la técnica y obtuve mi propio método de trabajo.
Comienzo escribiendo en el pizarrón en letra cursiva la fecha y el estado del día, mientras les explico el nombre y el sonido de cada letra. Poco a poco, a medida que se van familiarizando, agrego distintas frases, como por ejemplo: «hoy desayuné»; «hoy tenemos Plástica»; «viene la mamá de Agustina a contarnos un cuento», etc. Al mismo tiempo, les enseño cada una de las vocales en sus cuatro variantes, y continúo con cada una de las consonantes. A esta altura del proceso, los chicos ya saben muchas de ellas, porque las escribimos todos los días.
A medida que agrego letras, se van formando distintas sílabas, lo que posibilita la formación de palabras que ellos mismos descubren y escriben en sus cuadernos. De esta manera, van reconociendo esas palabras en libros, carteles, revistas, folletos, etcétera. De inmediato comenzamos la formación de sencillas oraciones, las leemos y las corregimos entre todos. Cuando aparecen letras como la «b» o «v», me detengo para explicar cuidadosamente su unión con las demás. Esto es muy importante para una escritura limpia y clara. Más tarde aparecerán sílabas más complejas, como «gue, «gui», «hue», « hui», etc. Para ese entonces, los niños están en condiciones de comprender las variables en la composición de las palabras.
El orden en la enseñanza de las letras, lo organizo según el texto. Para iniciar la lectura, comenzamos jugando con los sonidos de las letras, escribo en el pizarrón primero las vocales, por ejemplo, «a-e-o-i», «e-o-i-u», «u-o-e-a»; así, jugando a leer aprendemos. Más tarde será: «mamá», «ala», «pato», etc. De esta manera, comienza la lectura de la palabra completa. A cada palabra, le agrego otra hasta componer una oración.
Realizo este método de trabajo desde la primera semana de clases; los niños al cabo de tres meses (algunos, antes) escriben y comienzan a leer claramente. Les propongo que lo intenten, ¡¡¡tendrán grandes satisfacciones!!!
Lidia Nardi.
ESCUELA N.° 17 - D. E. 10
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