Estimada Marcela:
¿Con quien discuten? ¿Con el Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires o con la maestra Lidia Nardi? ¿Es una discusión política o es una metodológica? ¿O es un debate de política curricular?
Personalmente no me rasgo las vestiduras por lo metodológico. No soy un "paladar negro" ni un guardián que define quién entra y quién queda fuera de ciertos colectivos discursivos de la pedagogía. Es más, algunos cenáculos de discurso experto me tienen muy sin cuidado.
La construcción de sociedades letradas donde enormes masas aprendieron a leer y a escribir en la modernidad no se realizó sostenida en ninguna metodología que se arrogaba una verdad científica. La mayoría de nosotros somos lectores y escritores - supuestamente críticos- que aprendimos haciendo palotes y repitiendo "mamá amasa la masa". De descubrimiento, de hipótesis lectoras, de ensayo y error u otras cuestiones por el estilo nuestras maestras, en general, no tenían la más mínima idea. Nos enseñaron a leer y a escribir sin la sofisticación discursiva que porta el constructivismo. A los palotes, si se me permite. Pero aprendimos...
Ahora, percibo cierta arrogancia cuando se utiliza a esta maestra para dar un debate. Están descalificando a una colega que no ha cometido ningún crimen. Lidia Nardi es una maestra experta. Ha desarrollado un saber pedagógico que le confiere una imagen de sí misma "exitosa" en relación con su tarea. Lo que narra es el producto de una larga experiencia profesional que le permite evaluar que lo que hace es provechoso para enseñar en los primeros grados. Y, con seguridad, sobre ella se han depositado miles de miradas evaluadoras - alumnos, padres, colegas, directivos - que le permiten afirmar que es una buena maestra. No es una "buena maestra" porque ella se lo dice a sí misma. Hay un entorno que la evalúa positivamente. Si fuese de otra manera no se animaría a relatar con orgullo en un espacio público su experiencia.
Muchísimas maestras siguen enseñando como Lidia Nardi. Y muchísimos niños aprenden a leer y a escribir en esos entornos. Cabría
preguntarse por qué ciertos discursos - curricular en el caso del volante que Uds. presentan - no han hecho mella en la subjetividad y prácticas de muchísimos docentes. Creo que en cierta arrogancia y desprecio por otras prácticas hay una razón. No la única, por supuesto.
Si debaten con Mariano Nadorowski “ el ministro porteño para el resto de los listeros no argentinos - por favor no utilicen a una colega que no ha hecho nada malo. Por el contrario, ha hecho algo muy bueno como enseñar.
Saludos cordiales,
Gustavo Mórtola
Buenos Aires, (Arg.)
PD: aclaro que no conozco a Lidia Nardi.