12/4/08

Re: aprender a leer y escribir - todo vale?

"no está todo perdido a manos de los conductructivistas"
Con una postura, desde el análisis pedagógico estrictamente hablando, tan desvalorizante, pero sin dar fundamentos, el debate en esa esfera parece inútil. Cuando me referí a mi concepción sobre la práctica tradicional, vertí conceptos, no acabados, pero sí dando razones a mis dichos.

Copio y pego respuesta mía a otro correo, en el cual respondo esto:
No da igual enseñar palotes, que promover la escritura pidiendo opinión, después de haber leído un cuento. No da igual, enseñar letras, que mostrar escrituras y pensar sus sentidos. No da igual todos cuadernos idénticos a otros con escrituras que permiten comprender en qué está el niño, qué está entendiendo del sistema de escritura, del significado de la escritura. No da igual, dar espacio para la palabra del chico que no darlo. Las formas como se hacen las cosas no son inocentes. No estoy de acuerdo con que lo que importa es que algo se haga y no, cómo se haga porque en el cómo hay un plus simbólico del qué.

A la Sra Nardi, se dedican a nombrarla vos y Mórtola, yo no hablo de "ella", en personal, porque la sé representante de un modelo didáctico que catalogás de simple (sin demasiadas explicaciones teóricas cuenta que en tres meses ENSEÑA A LEER) ingenuo, sin vueltas y eficaz. Es una más de miles. Hay más de ellas que (psico o socio) constructivistas. Por lo tanto, parece que el discurso del amo sigue siendo aquel. Y no es ingenuo, sino intencionado y sus eficacias van en más direcciones que enseñar a leer y escribir.
Sorprende, sin embargo, que no se nombre del mismo modo a Demián Barnasthpol, autor del artículo de plural 3, que también remití y que no te dedicaste a nombrar, defender, rescatar ni fundamentar escuela teórica. ¿Se tratará de salvar a la dama que me trae recuerdos de infancia? ¿Se trata de desarrollar el propio pensamiento político pedagógico donde, según tus término, la dama no ofrece demasiadas explicaciones teóricas?

Tus afirmaciones que adjudican culpas absolutas del semianalfabetismo, a la escuela de Emilia Ferreiro, me parecen por lo menos poco serias, sin sustento, sin consideración de otras variables, pero jugadísimas (infantilmente "jugadísimas"). La verdad, Guevara, jamás recurriría a tu Centro de Investigación Educativa. Va a continuación un párrafo de un correo tuyo, de fecha 25-03:

En mi ciudad, las alumnas que pretenden ingresar a las carreras de
magisterio y profesorados suelen presentar un semianalfabetismo
funcional que no les permite leer comprensivamente.
Algunos padres les insisten que hagan una carrera docente teniendo
en cuenta que "no les da la cabeza" para otra cosa, y así, al menos
podrán acceder a un empleo público con ciertos beneficios sociales y
una jubilación mínima con el único requisito de sobrevivir (aunque
sea tomando algún tranquilizante antes de entrar al aula).
Todas ellas han sido alfabetizados por maestras que conocen a
conciencia los estudios de Emilia Ferreiro, aquí se han hecho
experiencias sobradas al respecto.

Decís acá abajo:
Hay que intimar al Ministerio de Educación para que nadie que trabaje para él pueda emitir opiniones y para que la revista cambie de nombre inmediatamente. ¿A quién se le ocurre llamar PLURAL a semejante canal de comunicación? La revista debe llamarse SINGULAR.
Hay que terminar con el salto al vacío liberal y afirmarse en el seguro y conservador campo de la autoridad epistemológica (quizá podríamos tener alguna pequeña flexibilidad para que cada uno aplique el modelo de autoritaridad que le plazca: Inquisición, nazismo, stalinismo).

Las contradicciones existen y eso no está nada mal, al contrario, pero cobran valor de doble discurso psicotizante, cuando desde el Poder del Ministerio se lanza una revista, donde en nombre de la pluralidad y la libertad, se validan formas de enseñanza incompatibles con el Diseño Curricular vigente. Esto es, ignoro la Ley y el representante de las políticas educativas sonríe desde el editorial y firma Mariano, avalando mis dichos. No sin astucia, porque oculta ese aval, tras un discurso de libertad de expresión. ¿No será que el Ministro tiene intenciones de cambiar el DC y la mostración de prácticas diferentes le sirve a sus fines?
No quiero que ningún docente representante de la escuela tradicional renuncie. No pido la cabeza de Nardi, ni que no hable; ni que no diga cómo enseña.
Mi planteo va en el sentido de que se discuta, se analice, se hagan seguimientos de los resultados reales de las prácticas docentes y de cómo salen los chicos; que se capacite, que no se saquen las jornadas de reflexión docente, como hizo el Ministro. Y si hay que cambiar el DC, que se haga siguiendo los canales democráticos y si los que hay no lo son, que se trabaje en ello; Que si vamos a hacer las cosas "de cualquier modo", se blanquee.

Por cierto: Tu pluralidad también me resulta muy singular, y tu liberalidad, conservadora.

La docencia ya no será un trabajito de cuatro horas, tres meses de vacaciones, obra social, jubilación temprana y un sinfin de licencias.

No es un trabajito de 4 horas, no hay 3 meses de vacaciones, la obra social en capital federal es cautiva, jubilación igual que en otras áreas, las licencias (según trabajo de investigación de Narodowski, 1993 quedó demostrado que no es abusivo en docencia el uso de licencias).

Es mejor un solo librito para todos.
Por el contrario, utilizamos multiplicidad de libros. Y si la referencia era al DC, siempre hubo DC, con discurso teórico dominante. ¿O tu propuesta libero conservadora avanza en el sentido de "no tengamos DC"?

Por último: Respondí este correo porque hay una alusión directa a mi persona, pero no me produce enriquecimiento personal ni profesional. No me interesa además estimular el empleo de mi agresividad en los debates. No me hace feliz, hablar, emocionalmente posicionada, desde mis miserias humanas. Como tu ideología y tus maneras, no me despiertan otra cosa y no logro controlar a mi ser iracundo, ya no responderé correos que escribas y en los que me nombres, Guevara (notable: si tuviera cablecitos conectados a mi cerebro, se descubriría que la palabra Guevara ilumina y activa zonas de mi cerebro. No quisiera yo, que se activen otras zonas, que opaquen aquellas tan queridas. Detendré, entonces, mi verborragia).

Marcela Giunta
maestra zap
CABA
Argentina