11/4/08

Re: aprender a leer y escribir - todo vale?

He seguido con interés la polvareda que levantó el hecho de que una
maestra – Lidia Nardi- recuperara la tradición enseñante y sin
demasiadas explicaciones teóricas cuenta que en tres meses ENSEÑA A
LEER. Ciertamente pensé "no está todo perdido a manos de los
conductructivistas", luego seguí meditando y, eso es lo bueno del
pensamiento independiente, decidí tomar partido con mayor fundamento
político. Que de eso y no de otra cosa se trata.
El último texto de Marcela Giunta me terminó de decidir...
Hay que intimar al Ministerio de Educación para que nadie que
trabaje para él pueda emitir opiniones y para que la revista cambie
de nombre inmediatamente. ¿A quién se le ocurre llamar PLURAL a
semejante canal de comunicación? La revista debe llamarse SINGULAR.
Hay que terminar con el salto al vacío liberal y afirmarse en el
seguro y conservador campo de la autoridad epistemológica (quizá
podríamos tener alguna pequeña flexibilidad para que cada uno
aplique el modelo de autoritaridad que le plazca: Inquisición,
nazismo, stalinismo).

El panfleto que hicieron circular las maestras zap es tibio e
inconsistente. Hagamos circular uno con verdadero contenido teórico
que diga: "¡Lidia Nardi: Renuncia ya!"
Estamos corriendo el terrible riesgo de que los niños de Buenos
Aires vuelvan a aprender a leer en tres meses, como aconteció desde
la Colonia hasta hace dos décadas.
Nunca más el eclecticismo disociador ni el pragmatismo disolvente en
las aulas. Impongamos una sola mirada verdadera: la NUESTRA. Eso
hará crecer a las Ciencias de la Educación que tanto bien
indiscutible hacen cotidianamente a las aulas argentinas en todos
los niveles del sistema con sus eficaces y transformadoras
investigaciones, aplicaciones prácticas y construcción de teoría.
No cualquier docente debe ser tomado como ejemplo. Únicamente
nosotros seremos el modelo constructivo a seguir.
Nunca más el precámbrico, ni el neanderthal, ni siquiera el Homo
erectus... Nuestra forma de enseñar supera los pequeños límites del
homo sapiens...
En Buenos Aires ya no enseñaremos "como se nos canta". Nunca más
debemos ser libres y plurales. Desde ahora seremos cautivos de la
teoría SINGULAR y ya no será calamitoso el estado de la educación.
La docencia ya no será un trabajito de cuatro horas, tres meses de
vacaciones, obra social, jubilación temprana y un sinfin de
licencias. Todos los docentes iniciarán o continuarán su
profesionalización singular. Los Diseños Curriculares, que nuestros
escribas tan bien han prescripto, serán Palabra Santa, serán nuestro
Talmud, nuestro Evangelio, nuestro Corán.
Digámoslo con todas las letras: "Queremos trabajar por un desempeño
docente con basamento, que se proyecte a un más allá del
egocentrismo áulico de cada maestrito con su librito". Es mejor un
solo librito para todos. Somos ultra – plus – neo-
constructivistas.
Estamos seguros que para formar usuarios competentes de la lengua
escrita el camino constructivo es uno solo: SINGULAR. El
conocimiento es una escalera. Hay que subir cada escalón en el
momento que se presenta. Después de "a" viene "b", y después "c".
La "m" con la "a": "ma"
Ya nuestros expertos escribirán los Nuevos Testamentos y
beatificarán nuevos santos, porque "los sabemos de nuestro lado para
asistirnos y facilitarnos la labor, investigando lo que no podemos
dedicarnos a investigar nosotros".
Si lo pienso mejor, antes de publicar nada en un medio del
Ministerio deberíamos pasarlo por un control epistemológico, que en
ningún modo se parezca a la censura, y la revista debería llamarse,
sin dudas: SINGULARÍSIMA.

Raúl Guevara
Profesor en Ciencias de la Educación
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Director Centro de Investigación Educativa- Tandil